“Luce más acertado y natural pensar que la damnificada padeció inesperadamente los tocamientos impúdicos sobre su cuerpo sin su consentimiento por parte de quien se trataba su jefe en ese entonces y de una persona pública”. La frase forma parte del procesamiento por abuso sexual del intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, que dictó la jueza de instrucción María Fabiana Galletti tras investigar la denuncia de Melody Raskaukas, quien trabajaba en la secretaria privada del municipio.

El procesamiento -que está bajo revisión de la Cámara del Crimen- tiene algunos puntos centrales: las conclusiones de los peritos psicológicos que atendieron a la víctima, la ubicación de Espinoza en el lugar de los hechos, los audios que aportó Raskaukas y el posterior intento de Espinoza de que la mujer retire la denuncia.

Todo forma parte de las 52 páginas de la resolución de la magistrada a la que accedió Infobae. El hecho ocurrió el 10 de mayo de 2021 en el departamento de la mujer. Poco tiempo antes había ingresado a trabajar a la secretaría privada de Espinoza. Fue a instancias de Gustavo Cilia, entonces pareja Raskaukas y amigo de Espinoza. Ella le contó que Espinoza iba a cenar a su casa por cuestiones de trabajo, lo que le parecía extraño y la ponía incómoda. Él le contestaba que era normal porque el intendente era una persona conocida y no podía mostrarse en lugares públicos.

El procesamiento -que está bajo revisión de la Cámara del Crimen- tiene algunos puntos centrales: las conclusiones de los peritos psicológicos que atendieron a la víctima, la ubicación de Espinoza en el lugar de los hechos, los audios que aportó Raskaukas y el posterior intento de Espinoza de que la mujer retire la denuncia.

Todo forma parte de las 52 páginas de la resolución de la magistrada a la que accedió el portal Infobae quien lo narra en una nota publicada hoy. El hecho ocurrió el 10 de mayo de 2021 en el departamento de la mujer. Poco tiempo antes había ingresado a trabajar a la secretaría privada de Espinoza. Fue a instancias de Gustavo Cilia, entonces pareja Raskaukas y amigo de Espinoza. Ella le contó que Espinoza iba a cenar a su casa por cuestiones de trabajo, lo que le parecía extraño y la ponía incómoda. Él le contestaba que era normal porque el intendente era una persona conocida y no podía mostrarse en lugares públicos.

Ella contó en la justicia lo que ocurrió esa noche. Durante la cena Espinoza le dijo que estaba contracturado y le pidió masajes. Ella le dijo que no y lo mandó a descansar, pero la respuesta fue: “No tengas miedo, dale”. De manera intimidante se desabrochó la camisa, afirma la denuncia. Le dijo que no tuviera miedo porque “las mujeres de sus amigos tenían bigote”.

“Fernando, no sé qué vas a hacer pero te pido que no, te pido que te vayas de mi casa”, le dijo la mujer. Pero Espinoza “una vez dentro de la habitación se quitó el pantalón, la camisa que previamente se había desabotonado y quedó en ropa interior”. Cuando volvió a pedirle que se fuera, “el imputado la sujetó fuertemente, indicando la víctima que no recordaba exactamente cómo pasó, pero que él logró terminar encima de ella en la cama”.

Frente a la negativa, el jefe comunal se ofusco y dijo: “Bueno lista ya está se terminó todo, me voy, ya está no te preocupes”. La víctima aseguró: “Me lo dijo de una manera amenazante, como un tono de poder que él sabía que es mi jefe”. Hubo una discusión. “Me sentí ultrajada. No tenía, eh, ese señor me quitó las ganas de todo”. La joven le pregunto si la iba a echar, y el intendente le respondió que no, que “lo que pasa en el trabajo es cosa de trabajo”. Cuando se iba, “enojado con mirada agresiva y de tono amenazante, él me dijo: “Sos una boluda, no sabes lo que te perdés pero bueno, allá vos”. Afirmó que tuvo miedo y hasta pensó en suicidarse. A los pocos días le dijeron que en el trabajo estaba haciendo las cosas mal y que tenía los días contados, “lo que interpretó como una amenaza de muerte”.

Días después, Raskaukas hizo la denuncia Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Los especialistas calificaron la situación como de “alto riesgo”. “Tuvo un discurso claro y organizado, con un lenguaje acorde a su nivel de instrucción y contexto sociocultural de pertenencia, que impresionó lúcida durante la entrevista con actitud activa y colaborativa, y que relató los hechos padecidos con una actitud de temor y cierta ansiedad que se visibilizó en su hablar”, fue la conclusión. Inclusive se le dio un botón antipánico y se dispuso una prohibición de acercamiento de 500 metros y la prohibición de cualquier tipo de contacto para Espinoza.

El Cuerpo Médico Forense también se entrevistó con la víctima y concluyó que atravesaba un cuadro de “ansiedad” y “angustia”. En la entrevista contó que tuvo problemas de alimentación, para dormir y que tuvo un intento de suicidio. “De la exploración clínica psicológica se infiere que la peritada presenta sintomatología, no se puede determinar si la misma guarda relación con los hechos denunciados o cuestiones preexistentes de la peritada”, resaltaron los expertos.

“El relato de la víctima asegurando haber sufrido esos tocamientos impúdicos sobre su cuerpo sin autorización se encuentra respaldado con las conclusiones de los especialistas en la materia que la entrevistaron durante el desarrollo de la pesquisa dando cuenta de los efectos producidos en ella a partir de lo ocurrido”, concluyó la magistrada.

La víctima también aportó a la causa una serie de audios que grabó. En uno de ellos habla con su pareja. La mujer le cuenta de lo ocurrido y él le dice que lo mejor es retirar la denuncia. “¿Eso considerás lo mejor? De un tipo que me abusó. Me rompió la camisa, me tiró sobre la cama, me obligaba una y otra vez a bajarme el pantalón, me forcejeó. Me besó sin mi consentimiento. Me tiró en la cama, el tipo es grandote. Es hombre, yo soy una mujer. Me largué a llorar y no podía mas”, dice la mujer.

El día de esa conversación Cilia había ido a la casa de la víctima porque le llevaba un mensaje de Espinoza. El intendente quería que retire la denuncia. Para eso habló con un funcionario de la Municipalidad que le envío un texto de lo que tenía que firmar y presentar en la justicia. La mujer también habló con Espinoza por teléfono, lo que tenía vedado por la prohibición de contacto que había ordenado la justicia.

Otro elemento clave fue un informe de la Dirección de Asistencia Judicial en Delitos Complejos y Crimen Organizado que concluyó que el celular del acusado impactó en la antena de la casa de la víctima.

“Debe resaltarse que tanto el testimonio de la víctima sobre el desarrollo temporal y espacial de los hechos, como los demás dichos incorporados en autos que la apoyan, a simple vista, no demuestran indicios preexistentes de querer perjudicar intencional y maliciosamente al imputado en una causa penal como para restarles valor”, concluyó la magistrada.

Cómo sigue la causa

La defensa de Espinoza apeló el procesamiento. La jueza Galetti lo elevó a la Cámara del Crimen. En el caso intervendrá la Sala VII, integrada por los jueces Juan Cicciaro, Rodolfo Pociello Argerich y Ricardo Pinto. El tribunal fijó el 19 de junio como fecha máxima para que la defensa ratifique la apelación y pueda presentar una ampliación de fundamentos a su escrito.

Luego de eso los jueces quedarán en condiciones de resolver si confirman el procesamiento o lo revocan. Si deciden lo primero, Espinoza quedará en condiciones de ser enviado a juicio oral.