Un trabajo privado adelanta que, en julio, las ventas caerán 17 por ciento interanual, 5 puntos más que en mayo. Además, aún falta ver lo peor: de aquí a fin de año, habrá caídas aún más importantes porque comparan contra datos buenos. «La desinflación no se nota», aseguran las empresas. Esta estadística, sumada la caída de la industria y la construcción, derrumba el relato oficial sobre una economía en recuperación.
Un informe privado que circula entre los grandes supermercados y que ya está en el escritorio de funcionarios económicos del Gobierno de Javier Milei, adelanta un panorama desolador: el consumo masivo, que junto a la industria y la construcción explican 7 de 10 puntos del PBI, caerá 17 por ciento interanual en julio, 5 puntos más abajo que el indicador de mayo. La caída no sólo es la mayor del año (todos los meses desde que Milei es Gobierno hubo bajas), sino la más importante desde la crisis del 2001.
El documento de Scentia, que mide consumo masivo en todo el país y en todos los canales, se centra en lo que es «Self-Service», es decir, todos los locales de venta menos los almacenes, donde el consumidor no toma productos directamente de la góndola. Ese universo incluye a pymes, hipermercados, chinos y formatos de cercanía.
En ese segmento amplísimo, el consumo cayó 3,8 por ciento en enero del 24 interanual, contra una caída de 1,6 por ciento del 23; bajó un 4 por ciento en febrero, contra una caída de 1 por ciento de igual mes del 24; y se retrotrajo 7 puntos en marzo, contra un marzo de 2023 que reportó una caída de 1,6 por ciento. Ya pasado el primer trimestre, abril del 24 registró una baja del 7, ya comparada con la baja del 1,6 de igual mes del 23; en abril, en tanto, hubo una caída del 13 contra otra caída del 0,3. En mayo, en tanto, la caída del consumo fue de 13 puntos, comparando con un mayo del 23 con -3,1. En junio, la caída fue del 12,5 contra un alza de 1,3 en 2023; mientras que para julio Scentia tiene medida una baja de 17 por ciento interanual, contra un 0,6 de alza.
Ese último dato, que es preocupante, puede ser la mejor la mejor marca de aquí a fin de año. ¿Por qué? el año pasado, para esta época y considerando la misma medición de la consultora que trabaja con datos de supermercados, empezó el recalentamiento de la inflación que montó más compras a un consumo que ya estaba repuntando. A saber: en agosto del 23, el consumo masivo creció 5,2, en septiembre un 8,5, en octubre un 8 por ciento, en noviembre un 7 por ciento; llegando a un 1,4 por ciento en diciembre. Esa moderación de diciembre, que quebró una tendencia alcista fuerte, se debió a la devaluación que decidió Javier Milei ni bien asumió el poder.