Horas después de que el presidente Javier Milei llamara «corrupta» a la esposa del presidente español Pedro Sánchez, la embajadora de España en la Argentina, María Jesús Alonso Jiménez, abandonó la residencia ubicada en Avenida Libertador y se dirigió a Ezeiza, donde partió a la noche en un vuelo de Iberia rumbo a su país, donde arribó este lunes. La respuesta diplomática inmediata había sido anunciada ayer por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. 

«Les anuncio que acabo de llamar a consultas a nuestra embajadora en Buenos Aires sine die», informó Albares al calificar como «gravísimas» y sin «precedentes en la historia» las palabras de Milei contra la esposa de Sánchez y contra el propio presidente. 

«Es un ataque frontal a nuestra democracia, a nuestras instituciones y a España», sentenció el ministro de Asuntos Exteriores. 

El «llamado a consulta» es en términos diplomáticos una advertencia frente a diferencias graves entre los países y una forma de forzar negociaciones o un pedido disculpas para no escalar la situación hacia un quiebre bilateral.

A pesar de la rápida y contudente respuesta española, el vocero presidencial Manuel Adorni negó que «haya un problema diplomático», calificó de «llamativa e impulsiva» la decisión del ministro Albares y retrucó por las declaraciones de funcionarios del gobierno español: “Que los funcionarios del reino de España pidan disculpas por los agravios endilgados a Javier Milei”. 

Adorni incluso intentó desligar a Milei de la acusación contra Begoña Gómez, la esposa del presidente Sánchez, a quien se le sigue una investigación sobre presuntos delitos de tráficos de influencia y corrupción. La denuncia contra la esposa del mandatario español fue hecho por la organización Manos Limpias y utilizada políticamente por el líder del partido neo fascista Vox, Santiago Abascal, quien invitó a Milei a hablar en el congreso donde lanzó las agravios.

La canciller Diana Mondino se había reunido con su par Alonso Jiménez en enero pasado, cuando transcurría el primer mes de gobierno de La Libertad Avanza. En el comunicado de aquel encuentro, la Cancillería valoraba la importancia de la relación bilateral con el país ibérico: «España es un socio comercial muy importante para la Argentina y es el segundo inversor externo en nuestro país. Durante los últimos veinte años, el saldo comercial bilateral ha sido superavitario para nuestro país. En los últimos cinco años nuestras exportaciones se mantuvieron en el orden de 1.500 millones en promedio».

En los términos de las inversiones también respondió Garamendi al recordar que las inversión española en Argentina alcanza los 18.000 millones, con la presencia de empresas como Telefónica, Abertis, Iberia o Naturgy y bancos como el Santander y el BBVA. A pesar de las razones económicas, en medio de una economía agotada, Milei volvió a poner por encima su versión de ultraderecha y su rechazo a los «socialismos» y «comunismos». 

Esas decisiones ideologizadas llevaron al gobierno nacional a mantener dos frentes diplomáticos abiertos con China y Brasil, los dos principales socios comerciales de la Argentina. En diciembre pasado, China envió un primer mensaje al frenar el acuerdo por el swap de monedas y llamar a consulta a su embajador en la Argentina, Wang Wei.

La propia canciller Diana Mondino y parte del equipo económico del ministro Luis Caputo tuvieron que viajar en abril pasado al gigante asiático para bajar el tono e intentar conseguir renovar el swap. Por eso días, Mondino también viajó a Brasil para intentar recomponer la relación con ese país, que tras los agravios de Milei contra el presidente Lula Da Silva permanece resentida.