Con los salarios planchados y los precios aún subiendo alto para semejante recesión, el gasto de los hogares acumula 9 meses seguidos de derrumbe. En los comercios barriales, la baja de las ventas fue aún mayor a la de los hipermercados. En el Interior, los números de la crisis son de impacto.
En septiembre, según confirmó la consultora Scentia, el gasto de los hogares en todos los canales (chinos, hipermercados y barrios) se desplomó 22,3 por ciento, siendo la caída más alta del año y el noveno mes consecutivo en rojo. Además, la mayor baja se notó en los comercios barriales, que perdieron un 23,5 por ciento de las operaciones, contra un retroceso del 21,2 por ciento en hipermercados.
La medición interanual entre ambos segmentos marcó un desplome del 22,3% a nivel nacional, del 14,1% en el Área Metropolitana de Buenos Aires y del 27,3% en el resto de las provincias. En lo que va del año, la caída del consumo total a nivel nacional acumula una reducción del 11,9%.
Por categoría, el rubro alimentación se derrumbó 19,6%, bebidas con alcohol un 25,1%, bebidas sin alcohol 26,7%, desayuno y merienda 21%, higiene y cosmética 24,1%, limpieza de ropa y hogar un 16% y los perecederos 16,8%. La consultora tomó como referencia a 7.000 puntos de venta en todo el país.
Según el relevamiento mensual del Instituto de Investigación Social Económica y Política Ciudadana (Isepci) en comercios de cercanía de veinte distritos del conurbano bonaerense, la variación de los precios tuvo una baja del 3,2% en septiembre respecto al mes anterior. Los precios de las frutas y verduras en septiembre bajaron 6,06% ; los productos de almacén -3,23% y las carnes -1,25%. Desde septiembre de 2023, los precios en el almacén subieron 186,95%, las frutas y verduras 200,31%, y las carnes 149,53%.
La deflación celebrada por Milei proviene de la anomia de ingresos en sectores populares. El último informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) da cuenta del persistente desplome de las ventas en los medianos y pequeños comercios, que obviamente es consecuencia directa de la disminución sin pausas de la actividad económica. Respecto a julio la caída es del 1,6% y en la comparación interanual es de -10,5%. Pero quizás lo más significativo es la medición acumulada de los ocho meses de 2024 (ocho meses del gobierno actual) que muestra una disminución del 16,2%, que claramente es superior al promedio interanual.
Al observar estos datos desagregados, el descenso de la compra de alimentos da por encima del promedio general. En lo que va del año se vendieron menos del 20,5% alimentos. Esto implica que las familias, sobre todo las que viven en los barrios populares, debieron reducir el consumo de alimentos de productos, mucho de los cuales son esenciales para una buena alimentación.