El fotorreportero, que trabajaba en la Secretaría de Cultura desde hace 13 años, fue desvinculado días después de que su imagen clave permitiera reconocer al autor del disparo contra su colega Pablo Grillo durante una protesta.
Kaloian Santos Cabrera estaba acostumbrado a documentar manifestaciones, pero el 12 de marzo su trabajo tomó un giro inesperado. Ese día, durante la represión a una marcha de jubilados frente al Congreso, un gendarme disparó un cartucho de gas lacrimógeno a quemarropa contra el fotoperiodista Pablo Grillo, dejándolo gravemente herido.
La foto que lo cambió todo
Santos Cabrera, sin saberlo en ese momento, había capturado una secuencia clave: el rostro y el número de legajo (103208) del Cabo Primero Guerrero, el uniformado que accionó su arma. Esa imagen, difundida luego por el Mapa de la Policía, se volvió prueba fundamental para identificar al responsable.
«Cuando vi el trabajo del Mapa, recordé mi secuencia. En una de mis fotos aparecía el gendarme disparando en línea recta. Ahí me di cuenta de que tenía su retrato», relató el fotógrafo en diálogo con FutuRock y el programa Ahora Dicen.
El despido: ¿represalia?
Cuatro días después del incidente, Santos Cabrera recibió una llamada de su jefa en la Secretaría de Cultura: le informaron que su contrato —renovado trimestralmente desde que asumió el gobierno de Milei— no sería extendido, alegando una «reducción de personal».
El fotógrafo, que durante 13 años trabajó como monotributista para el Estado (antes bajo dependencia del Ministerio de Cultura), no dudó en vincular su salida con la difusión de la imagen: «Pensé en posibles represalias. Al fin y al cabo, Pablo Grillo podría haber sido yo», reflexionó.
La pregunta que queda flotando
Mientras Grillo sigue recuperándose, el caso expone una pauta inquietante: Santos Cabrera es al menos el tercer trabajador estatal vinculado a la cobertura de protestas que pierde su empleo en lo que va del año.
«Este gobierno viene recortando en cultura y en derechos. Pero cuando una foto tuya ayuda a señalar un abuso, parece que el costo es aún más alto», cerró el reportero, cuyo despido ya genera reclamos de organizaciones de derechos humanos y sindicatos de prensa.
Contexto adicional:
- El gendarme identificado, Cabo Primero Guerrero, sigue en funciones según confirmaron desde la fuerza.
- La Secretaría de Cultura no se pronunció sobre el despido de Santos Cabrera.
- Organismos como el CELS y Adepa monitorean el caso por posibles vulneraciones a la libertad de expresión.