El jueves pasado, la Federación Argentina de Municipios (FAM), que nuclea a alrededor de 500 intendentes de todo el país, votó por la continuidad de Fernando Espinoza al frente de la entidad por un año más.

¿Qué es lo llamativo del caso?

Que fue un día después de que la Cámara del Crimen porteña confirmara el procesamiento del intendente de La Matanza por abuso sexual.

La medida, que habla de “abuso sexual simple en concurso real con desobediencia a la Justicia”, contra la modelo y ex secretaria suya, Melody Rakauskas, dejó a Espinoza al borde del juicio oral.

En el mismo fallo la Cámara desestimó que la denunciante hubiera incurrido en espionaje ilegal, fuera una fabuladora o hubiera sido inducida por terceras personas para formular un relato falso.

La desobediencia a la Justicia tiene que ver, según consignó la Cámara, con que el intendente matancero desoyó la orden judicial de no contactar a Rakauskas, quien declaró haber recibido presiones para retirar la denuncia.

Aun cuando no haya sentencia definitiva, quizás estaría bien que el intendente permanezca a la espera del veredicto final desde el llano, sea quien sea y del partido que venga.