El Día Mundial de la Alimentación se celebra el 16 de octubre en más de 150 países, con el propósito de sensibilizar a la población sobre la lucha contra el hambre y la inseguridad alimentaria. Esta fecha fue instituida en 1979 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en conmemoración a su fundación en 1945. El evento no solo pretende destacar los avances, sino también las preocupaciones actuales en torno a la producción, distribución y consumo de alimentos.

En 2024, el lema de la FAO para esta jornada es “Nadie se queda atrás”. Este mensaje subraya la urgencia de garantizar el derecho universal a la alimentación, recordando que, a pesar de los avances tecnológicos y económicos, más de 828 millones de personas en el mundo continúan sufriendo hambre. El desafío es aún mayor ante el impacto del cambio climático, los conflictos armados y las desigualdades que agravan la inseguridad alimentaria en varias regiones.

Además de combatir el hambre, el Día Mundial de la Alimentación promueve una alimentación saludable y sostenible. Esto incluye la reducción del desperdicio de alimentos y la adopción de dietas equilibradas que prioricen productos frescos y locales. La FAO destaca que, aunque se produce suficiente comida para alimentar a la población global, un tercio de los alimentos se desperdicia, lo que tiene consecuencias devastadoras para el medio ambiente y la economía.

En resumen, el Día Mundial de la Alimentación no solo busca conmemorar los logros obtenidos en la lucha contra el hambre, sino también generar un espacio de reflexión y acción sobre lo que aún queda por hacer. La seguridad alimentaria es un derecho humano, y garantizarlo es una tarea que nos compete a todos.