La liberación de las tarifas y la quita de subsidios en los principales servicios, derivó en una suba exponencial del costo fijo –y casi ineludible—de los hogares, obligando a recortar otros gastos, como alimentación y medicamentosEl plan recesivo actual busca que la caída del consumo, impacte en una baja en la inflación. Desde noviembre a la actualidad, el costo fijo de los servicios de un hogar más que se triplicaron, con un alza del 272 por ciento. De esta manera, el peso de las tarifas de energía, transporte y comunicación pasó de representar el 34 por ciento de un salario mínimo en noviembre último a 81,5 por ciento en julio último, trabajar para pagar servicios.